La transición del movimiento feminista en España
El Feminismo comienza a formarse en España a finales del siglo XIX. Es en esta época cuando se crean organizaciones lideradas por mujeres con la finalidad de luchar por sus derechos primordiales y exigir aquéllos como el derecho al voto y la revalorización de las funciones que debían desempeñar las mujeres para el momento.
En el año 1918 se crea en Madrid la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), con lo que se revindicaba, en primera instancia, el sufragio femenino, que posteriormente fue aprobado en el año 1931 en la II República.
La II República fue un período en el que se gobernaba mediante leyes y bajo un criterio de respeto hacia los derechos y libertades civiles, en el que “se declaraba al nuevo estado español como una “República democrática de trabajadores de todas clases”. Asimismo, hubo una “extensa declaración de derechos y libertades”, principalmente en cuanto a “derechos civiles y el derecho a la educación”, tal y como señala Juan Carlos Ocaña, autor de la Historia del Siglo XX.
Más adelante, surge la guerra civil y con ello la dictadura franquista (1939-1975), que no hizo más que frenar todo lo que se había logrado en la II República, ya que se trataba de un régimen dictatorial. Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, quien vivió bajo la dictadura franquista, comenta que este régimen otorgaba poder a los hombres e ignoraba los derechos de las mujeres. Para aquella época, “las mujeres estaban destinadas a ejercer las labores del hogar, tareas domésticas y encargarse de los hijos”, se les había limitado la posibilidad de estudiar o ejercer labores en el ámbito profesional y mucho menos en lo político, con lo que quedaron rezagadas y apartadas de toda posibilidad de ejercer sus derechos.
Sin embargo, estas regulaciones no impidieron que las mujeres trabajaran, muchas de ellas por necesidad y otras por defender sus derechos. A raíz de la dictadura, comienzan a formarse las organizaciones femeninas que tenían la misión de defender la igualdad entre hombres y mujeres.
“Las mujeres comenzaron a trabajar en fuerzas políticas no reconocidas, en el partido comunista, en partidos socialistas, entre otros partidos de izquierda, que realmente fueron los partidos que apoyaron gran parte de las iniciativas propuestas en beneficio de la mujer”, explica Ana María Pérez del Campo.
Para la época, las mujeres buscaban liberación, igualdad y respeto de sus derechos y libertades. El modelo tribal del patriarcado se estaba quedando obsoleto, los roles que determinaron las funciones de hombres y mujeres de acuerdo a su condición biológica de género, ya no aplicaban de la misma manera.
La sumisión de la mujer comienza a disgregarse a través de la creación de organizaciones lideradas por mujeres, quienes lucharon por combatir el poder y control que ejercían los hombres en cuanto al género femenino.
Ana María señala la importancia de los cambios legislativos, como lo es la “Ley del Divorcio, impulsada por Francisco Fernández Ordoñez”, asimismo, explica que “se comienzan a consolidar las organizaciones feministas como la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, entre otras organizaciones que hoy en día siguen luchando por la igualdad de géneros”.
Feminismo en tiempos de democracia
Con la muerte de Franco en 1975, comienza a resurgir el feminismo español; de hecho ese mismo año, la Organización de Naciones Unidas (ONU) declara el Año Internacional de la Mujer.
A partir de la dictadura franquista y con la transición a la democracia, se comienzan a consolidar los movimientos feministas adquiriendo fuerza y reconocimiento.
Con la democracia, estos movimientos obtienen la libertad de poder congregarse y protestar por sus derechos, sin embargo, hasta el día de hoy, todavía existen desigualdades y continúa la lucha por la igualdad de géneros.
Ana María Pérez del Campo añade que “en una democracia la estructura, para que verdaderamente sea una democracia, debe ser una estructura fuertemente organizada, es decir, la sociedad civil debe estar organizada para que una democracia funcione correctamente”.En una democracia no debe existir inconexión entre los partidos políticos y los ciudadanos, por lo tanto, la lucha del feminismo en tiempos de democracia sigue siendo un reto para todas las mujeres, porque, según Ana María, “la ficción en la democracia también hay que denunciarla”.
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- Licenciada en Comunicación Social y Magister en Periodismo Multimedia. Experiencia como redactora para varios medios, tanto impresos como digitales, como la Agencia EFE y la revista Foster Wheeler. Adicionalmente, he ejercido en el campo de la publicidad en Nexus Publicidad y en el área de mercadeo y promoción en Amagi. Soy venezolana residenciada en España y, como la mayoría de las mujeres, creo en mi género, en nuestra capacidad, nuestros derechos y nuestras libertades. Es por esto, que me uno a este interesante proyecto y así aportar mi granito de arena para informar y promover la autonomía de la mujer.
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