La Tasa Rosa levanta polémica

La periodista venezolana Fabiana Culshaw de la revista Business Venezuela, publicó recientemente un artículo sobre la Tasa Rosa, en el cual refleja algunas investigaciones que concluyen “que los productos dirigidos a la mujer cuestan más que los del hombre”. Fabiana se pregunta si será un mito, discriminación, o ¿simple estrategia de mercadeo?…descubramos con qué se consiguió….

Muchos departamentos de mercadeo de grandes compañías lo niegan; algunos estudios parecen confirmarlo: los productos y marcas dirigidos a las mujeres salen más caros que los de hombres. A este fenómeno se le ha dado en llamar “la tasa rosa”, por el color que supuestamente usan de preferencia las féminas.

Una de las investigaciones más ‘sonadas’ fue la realizada por el Departamento de Consumición de Nueva York (DCA) en el año 2015, que analizó en el mercado norteamericano 800 productos de 35 categorías y concluyó que 40% de las veces los productos de mujer resultaron más caros, comparados con sus equivalentes para hombre. La diferencia de precios rondaba entre el 13% y 30%, llegando al 50%, en algunos casos.

Existen movimientos globales que también denuncian que los comercios aplican un sobreprecio a los productos femeninos (mínimo del 7%) en los más diversos países, sobre todo cuando se trata de higiene y cuidado personal (como desodorantes, champú, perfumes), salud, ropa, calzado, tecnología (algunas laptops y smartphones rosadas son ligeramente más caras) y juguetes para niñas.

“Mucha gente piensa que la tasa rosa responde a un prejuicio o estereotipo feminista, pero el fenómeno existe. No siempre la diferencia de precios se nota a simple vista porque, generalmente, en los supermercados o perfumerías las secciones de hombre y mujer están aparte, y también hay diferencias de tamaño y modelo en los envases, lo que hace más difícil de ver el diferencial o la posibilidad de comparar”, comentó en entrevista con Business Venezuela la socióloga Esther Pineda, asesora e investigadora en temas de género para instituciones públicas y privadas

A su entender, el recargo se basa en que las mujeres son más consumidoras que los hombres, al menos en el imaginario social, y por lo tanto están más dispuestas a gastar más a la hora de comprar. “Se explota esa característica desde el punto de vista del mercadeo y se están legitimando así formas de desigualdad de género”, comentó Pineda.

“Este tema no es nuevo, pero no me consta. Al menos, no aplicamos un recargo a nuestros productos o marcas, por el solo hecho de estar dirigidos a las mujeres. Lo que sí ocurre es que a veces existe algún componente adicional o diferente en el caso de los artículos femeninos, lo que encarece el producto. También es cierto que muchas empresas invierten más en estrategias de mercadeo y publicidad dirigidas a la mujer, lo que también incide en el precio final”, comentó un analista de mercado de P&G que prefirió que su nombre se mantuviera en reserva.

Lo cierto es que mientras algunos analistas observan que la “tasa rosa” responde a una estrategia “normal” de mercadeo, otros afirman que no deja de ser una forma de discriminación encubierta, “aprovechándose de que la mujer es vista como compradora por excelencia”.

La historia es de vieja data; ya en el año 1995, una investigación de la Universidad de California arrojó que las estadounidenses pagaban $1.400 más al año que los hombres por producto similar. Otros estudios se han suscitado, aunque sin gran impacto. Es actualmente cuando el fenómeno está más en boga en el mundo, debido a la fuerza de las redes sociales que lo mencionan una y otra vez, intentando llamar la atención del público.

“En América Latina, específicamente, no hay estudios serios del tema, pero se ha conformado un movimiento feminista que intenta visibilizar los casos de discriminación en la región e insta la intervención de los Estados para que los precios no sean diferenciados en los mercados”, comentó Pineda.

El movimiento solicita a los consumidores que, cuando adviertan desigualdades en los precios, tomen fotos de los productos y los suban a las redes sociales como forma de denuncia. “El comerciante no tiene nada que ver con lo que está pasando, pero es un intento de generar mayor conciencia social sobre la tasa rosa, lo que podría empezar a deconstruir discursos”, dijo Pineda.

La socióloga observa que el nivel económico de las mujeres se ve afectado no sólo por este fenómeno de la tasa rosa, sino también por el hecho de que suelen percibir salarios menores que los hombres. “Según un estudio de la ONU Mujeres de 2015, llevado a cabo en todo el mundo, perciben entre 10% y 33% menos”, citó. A su juicio, la mira puesta en la tasa rosa debe ser contextuada en la realidad general de la mujer, en sus distintas variables: laboral, familiar, social, económica. “No es un fenómeno aislado, y la situación de desventaja de la mujer en diversos planos no es un mito ni una realidad desactualizada, como muchos creen”, agregó.

Por lo pronto, las empresas siguen facturando, mientras la polémica sobre género y las estrategias de mercadeo se mantiene en pie.

“La Tasa Rosa levanta polémica” original de Fabiana Culshaw fue publicado en Business Venezuela y diseñado por nuestra compañera Yorlay Nieves. Enlace a la revista: Business Venezuela, Edición 347, Página 60.

Voces Visibles contó con la autorización de Business Venezuela

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